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Amor

Porque nunca es tarde para comprender…

Porque nunca es tarde para comprender…

   Porque a veces entiendes pero no quieres entender, porque a veces entiendes pero no te lo puedes creer, porque a veces entiendes pero no te lo quieres creer… porque todo en la vida necesita su tiempo, su proceso, sus momentos… nunca es tarde para comprender…

“Sé que me enamoré, yo caí perdida sin conocer que al salir el sol se te va el amor.

Duele reconocer, duele equivocarse y duele saber que sin ti es mejor, aunque al principio no…

Hoy que no puedo más, sigo decidida a dejarte atrás

Por tu desamor, lastimada estoy

Me perdí, apenas te vi

Siempre me hiciste como quisiste

Si, así me sentía, no sé por qué seguía

Apostándole mi vida a él

 

Porque siempre estuve equivocada y no lo quise ver

Porque yo por ti la vida daba, porque todo lo que empieza acaba

Porque nunca tuve más razones para estar sin él

Porque cuesta tomar decisiones, porque se va a doler

 

Y hoy pude entender, que a esta mujer… Siempre la hiciste inmensamente triste…”

 

   P.D: Dicen, “que no te quieran como quieres no significa que no te quieran”, pero si te quieren poniendo límites, si tienen otras prioridades, si miran más su ombligo… lo que está claro es que no se entregan al 100%, ponen barreras… y por tanto, no te quieren lo suficiente, algo no les cuadra… las medias tintas no son buenas y menos para el amor, algo así no puede funcionar y menos a la larga… huye!, te mereces alguien que se tire a la piscina, alguien que corra riesgos por ti… pero no te preocupes si tardas en comprender… piensa que el otro también tarda en comprender que así tampoco va a ser inmensamente feliz y también le va a doler…

A ti siempre te quedará que cuando logres comprender…, sabrás amar, vivir y disfrutar de los riesgos.

Dolor, ¿Emoción o sensación física? (2ª parte)

Dolor, ¿Emoción o sensación física? (2ª parte)

   En el artículo anterior, decíamos que la pena no dura eternamente pero contrariamente a la lógica, cuando se pierde a la persona amada, hay una etapa inicial en la que tenemos miedo a que desaparezca ese dolor porque si desaparece, sentimos que ya hemos perdido definitivamente a esa persona, ya no volverá a estar en nuestra vida porque la habremos olvidado.

Afortunadamente, la pena no perdura y en ese momento te liberas, vuelves a tener paz y recuperas tu vida, ya no duele…

No hay que tener miedo, olvidar a quién ha sido importante en tu vida, no pasa nunca, sólo olvidas lo que tú quieres, lo que tu mente con el tiempo rechaza… simple y afortunadamente, los sentimientos se trasforman y las heridas curan.

En ese momento, la vida se presenta ante ti, dispuesta a que vuelvas a vivirla.

Dolor, ¿Emoción o sensación física?

Dolor, ¿Emoción o sensación física?

La gente asocia el dolor a la pérdida de la persona amada, pero el dolor verdadero es algo más grande..., es cuando descubrimos que esa pena no dura eternamente.

Cuando se acaba el amor

Cuando se acaba el amor

No mires hacia atrás,

no quiero ver el camino que como una loca recorrí para llegar a tu destino.

Como una loca yo me vi, yo rogándote tu amor.

Yo te quiero ver llorar por lo que yo he sufrido

y  te maldecirán al ver que me has perdido.

Sé que te arrepentirás pero es tarde para ti.

 

Tú y tu indiferencia lograron humillarme, no quiero compasión.

Compasión no quiero, quiero amor sincero.

Compasión no quiero será mejor que yo te olvide.

Compasión no quiero, quiero mejor indiferencia.

Compasión no quiero.

Y  yo me alejo, me alejo de ti

Y  yo me alejo, me alejo de ti

Me alejo de ti

Perdona si te llamé AMOR...

Perdona si te llamé AMOR...

Por si fue verdad en algún momento, porque la persona que ame no está a mi lado aunque nos uniera un amor intenso, porque busco una señal en alguna parte… porque siempre hay que recordar:  “quien se va sin ser echado, vuelve sin ser llamado”, “ si amas algo y se aleja, si de verdad es tuyo, regresará”…

 

Dicen que “El secreto para vivir feliz con la persona amada, es no pretender cambiarla” y que en toda relación siempre está la parte que ama y la que se deja amar, es decir, siempre hay uno que quiere más”.

 

En mi caso, por suerte y por desgracia yo fui la que quise más.

Por suerte, porque creo que es muy bonito ese sentimiento que te hace ser idiota, que te pone esa sonrisa tonta en la cara todo el día, aunque no ocurra nada para ello, que te da energía para todo y para más, porque me encanta dar, abrazar, besar… soy feliz haciendo feliz.

Por desgracia, porque cuando se acaba o va mal, siempre se sufre más o por lo menos se nota más (El dolor es el alimento esencial del amor; cualquier amor que no se haya nutrido de un poco de dolor puro, muere. Maeterlinck, Maurice).

La relación, para mí, fue maravillosa, porque primero y principal éramos amigos y nos lo pasábamos bien juntos (“La capacidad de reír juntos es el amor.” Sagan, Françoise), había cariño, amor, momentos eróticos y buena convivencia¿Qué más se podía pedir? (“El amor es una amistad con momentos eróticos.” A. Gala).

¿Problemas? Claro como en cualquier relación pero no eran, no solucionables; sólo me hubiera gustado que confiara en mi, que no hubiera tenido miedo a que yo le fallase y que me hubiese dicho que es lo que esperaba, que quería y que no le gustaba… yo aunque no lo parezca intente adivinarlo y a estas alturas, creo que muy pocas personas lo conocen tanto como yo, puedo intuir y saber muchas de sus actitudes, pero claro está, adivina no soy, la bola nunca me la trajeron los Reyes y esa incertidumbre me mato… está claro que una duda puede más que mil razones, por obvias que sean.

 

Que sepas… donde quiera que estés… que el olvido está siendo duro porque como dice Neruda “Es tan corto el amor y tan largo el olvido”, este olvido se hace eterno porque no hay peor agonía que la que es de paso en paso, porque olvidarte es recordar que es imposible, olvidarte, porque es difícil deshacerme de ti si no te tengo, porque no hay peor agonía de estar sentado al lado del ser amado y saber que nunca será tuyo y porque perdona si me vuelvo a equivocar… pero creo que fue un milagro el que nos hizo coincidir y hasta me atrevería a decir que tanto te conozco, que hasta podría jurar, que te mueres por regresar y que piensas en cuándo fue la última vez que viste las estrellas con los ojos cerrados, la última vez que te besaron tanto, la última vez que un simple deja vu te llevó hasta mis brazos, la última vez que te quisieron tanto, cuándo te ganó el orgullo y escogiste el llanto por no perdonarme y entonces… entonces piensas en mí.

 

Porque creo que "Todo lo que sucede una vez puede no suceder nunca más. Pero todo lo que sucede dos veces, sucederá, ciertamente, una tercera."

 

A ti que ya no estás, sólo decirte, que jamás quise cambiarte como persona, sí, pretendí enseñarte a que la suma de uno y uno siempre es uno, si se aprende a compartir, a ser pareja en libertad, que el amor no es una reja, entre otras cosas a vivir… Jamás pretendí cambiarte nada, ni siquiera para hacerte mejor persona, para mí ya eres mejor persona, si no, no hubiera estado contigo, pero las personas crecemos cambiando actitudes, aprendiendo a adaptarnos a los momentos de la vida, haciendo felices a los demás, queriendo que la persona que amas te haga mejor persona, sólo porque tú quieres serlo por ella… eso sí, cualquiera de las cosas que según tú, eran cambiar, jamás te hubieran hecho peor persona.

 

Perdona si no te supe entender, si me equivoque con tus sentimientos o tu forma de hacer, si alguna vez no fui lo transigente que hubiera tenido que ser, si alguna vez me pudo la locura… Lo único que te puedo decir, aunque no sirva de disculpa, es que te ame con locura y sin medida… (“Es una locura amar, a menos de que se ame con locura” Provervio latino, “La medida del amor es amar sin medida”)

Espero, que el tiempo que todo lo cura, cierre mis heridas y nos permita reencontrarnos y ser amigos y disfrutar de nuestros sentimientos convertidos, pues me duele perder alguien que ha sido importante en mi vida y que ha hecho parte de este camino conmigo… No obstante, dicen que: “El amor y la amistad se excluyen mutuamente”. Bruyere, Jean de la.

 

Donde estés… creo que es justo que te enteres, que estoy bien, que sobrevivo…

Sobre todo que te enteres que a pesar de tus errores y los míos… Aún quedan sentimientos y que sepas que nuestro amor lo matamos, no murió.

 

Recuerda: “El hombre que no ha amado apasionadamente ignora la mitad más hermosa de su vida”. Stendhal.

El amor no es sabiduría es locura…

El amor no es sabiduría es locura…

   Nos han engañado desde pequeñas diciéndonos que el príncipe azul existe, que a veces sucede y puede existir una historia de amor verdadero, sincera,  de cuento de hadas… (Ese amor que no puede ser racional, que es bueno simplemente porque existe, sin necesidad de explicaciones, ni de perdones, ese que existe a pesar de… porque pase lo que pase, sabes que se solucionará, porque así ocurre y ocurrirá porque está por encima de todo… porque como dice Paulo Coelho: "Todo lo que sucede una vez puede no suceder nunca más. Pero todo lo que sucede dos veces, sucederá, ciertamente, una tercera") o de repente un día nos despertaremos, cuando la vida este casi consumida y nos daremos cuenta que en realidad todo… es una mentira…, una mentira que nos hace continuar hasta el final del camino, con el sueño de un día encontrar eso que algún día nos contaron que existía…

   Una historia…

 “Había una vez una chica, lo suficientemente joven para tener ilusión por vivir y lo suficientemente madura para tener vivencias  a sus espaldas , es decir, era joven pero no se había apeado de  la vida, había decidido ser prudente, pero siempre vivir;

Un día sin darse cuenta de cómo, se dio cuenta (valga la redundancia), de que había cometido ese ¿“error”?, de enamorarse.

Él era un chico muy poco mayor de edad que ella, pero ¿era mayor en vivencias, en madurez, en definitiva, en el AMOR?

Era moreno, alto, vital, en definitiva, atractivo y con un encanto diferente, inteligente, con decisión y “quizás” con las cosas claras.

Los dos sin saber cómo, cuándo y por qué, se dieron cuenta de que se buscaban con excusas en ese momento reales pero que eran eso “excusas de amor”, no podían evitar robarse alguna mirada disimulada, rozarse sin querer,  que se les agitase la voz, el pulso al estar cerca… en definitiva, se les agitase el corazón. Y sí,  probablemente surgiera el amor.

Mi impresión fue que ninguno de los dos confiaba demasiado en las buenas experiencias, porque aunque no habían sido infelices, tampoco habían disfrutado de relaciones con final feliz de un cuento de hadas , pero entre ese miedo a perder, a hacerse daño, ganaron la batalla los sentimientos y entonces, ya sí que un poco provocado, surgieron veladas que nunca querían acabar, caricias de niños por no atreverse a más, pero muy sinceras, momentos en que no había ninguna otra prioridad que el otro… y el no poder parar de acariciar, de besar… no dormir, por querer respirar de golpe todo eso que se siente, por  querer dar y recibir, expresar todo eso que sientes y no sabes cómo exteriorizar, por miedo a despertar y que todo haya sido un sueño… pero no, no era sueño, era real!

A partir de ahí, fueron mil cosas y sensaciones compartidas, experiencias vividas, tiempo exprimido… Un amor que parecía no ser real, del que se despertaban pensando que no podía ser verdad…

Debió de ser eso, porque no fue verdad…

Un día se convirtió en que él parecía querer ocultar ese amor que sentía, mentir sobre su amor, sobre la existencia de ella, a no querer compartir su vida al 100% con ella y no me refiero en lo material, si no a no hacerle un hueco  e integrarla en determinados aspectos de su vida y mi pregunta es “¿se puede poner vallas al campo?”, a querer tener los privilegios de tener pareja y los de estar solo, dar prioridades a cosas que para ella no lo eran,  a hacer un muro de una discusión de pareja… ella no lo entendía, no sabía que hacía mal, que había cambiado, si en realidad, tenían diferentes conceptos de la vida, de una relación, tenía la sensación de que él necesitaba una pareja a su medida, que cumpliera unos cánones y que pudiera apagar cuando le molestase, sentía que tenía miedo a sentir, a confiar, a querer, a entregarse… porque podía salir mal y era más cómodo seguir con la vida que controlaba y de la que no podía obtener un fracaso, un dolor… “me aseguro lo material y controlo lo sentimental…”

¿Se puede controlar lo sentimental, puedes ser racional en el amor, puedes darle el hueco que quieres y renunciar a lo demás, se puede sentir dolor y no demostrarlo, se puede imponer unos criterios como barreras a tus sentimientos?

Quizás lo que a ella le destrozó fue que ella era pasional, no sabía o quizás no quería controlar sus sentimientos, tenía pánico a sufrir, pero quería amar y apostar, le gustaba estar, no le gustaban las cosas a medias, probablemente era una cobarde valiente y un poco soñadora, creyendo que lo que se hace de corazón puede salir mal pero no ser malo… y se le escapó todo en un suspiro… sin saber cómo, ni cuando, ni por qué, igual que empezó, acabó…

Reaccionó quizás como una loca compulsiva, no siendo ella (nunca antes le había pasado, no sabía si porque antes le dieron explicaciones o quizás porque nunca antes se enamoró…) supongo que por la impotencia de no tener respuesta y de ser una guerrera de fantasías y querer defender en lo que creía y en lo que no hallaba una razón en contra… no se siente orgullosa de los actos pero si de las intenciones de ellos (nunca buscó convencerle de volver a empezar, ni de que ella era buena, aunque sea difícil de creer, se sentía mal por él, por si sufría, por si ella no había hecho cosas bien, él no se lo había dicho y ella no se había dado cuenta, porque quería que él fuera feliz)… volvería a luchar por lo que cree y por ser corazón… intentaría cambiar los actos que le había tocado representar en esta función… de la vida… pero nunca, nunca… quiso hacerle mal, aunque aún no sabe, si lo consiguió.

¿Dónde fue si existió todo ese amor… se puede destruir, se ha convertido y si es así, en que…?”

   Me pregunto:

 ¿Él  no se enamoró (a caso los hombres no lo hacen)?, ¿Se mintió asimismo?, ¿Le ganó el miedo a perder?, ¿El miedo a cambiar y no controlar sus sentimientos?, ¿Cuándo ós hombres consiguen lo que quieren, cambia la situación, su amor?, ¿No existe el príncipe azul?..., ¿Fue ella que creyó en una mentira, en  ser la princesa de su cuento de hadas preferido, en el que el príncipe no la rescata pero la quiere y comparte su amor  y la cago…?, ¿Fue ella un juguete roto en manos de un infeliz hombre que no sabía o no quería querer?...

¿Qué  opción es mejor adoptar?

 ¿Es mejor luchar por ese amor que se nos escapa? porque creemos en él , porque volamos hacia sus besos, porque no podemos ver ese dolor y que nunca se va, porque no sientes cuando no está, tan sólo quieres más, no puedes decir adiós, porque lloras y rezas porque vuelva otra vez…

O ¿es mejor dejarlo pasar?, pensando que es mejor así, es mejor sin la angustia de que nos salve un milagro, es mejor pasar la página, que ayer escribíamos los dos… en definitiva luchar, pero por todo lo contrario… porque es mejor olvidar, porque quedarse sería peor…

En realidad, es difícil saber qué es mejor… supongo que se trata simplemente de una decisión de una milésima de segundo… tomamos una postura u otra en función de miedo al esfuerzo, por comodidad o cobardía…

¿Existe lo que se da sin esfuerzo y es mentira que las cosas cuestan? ¿Nos lo han dicho siempre para que seamos idiotas, pensemos que las cosas se consiguen con esfuerzo y trabajemos por ello?

Lo que creo es que la vida no es un cuento… que hay diferentes formas de amar, todas respetables pero como es cosa de dos, cuando quieres, tienes que querer como el otro quiere ser querido y no como tú quieres… debes de dejar de pensar un momento en ti, para pensar en hacer feliz al otro y si los dos consiguen alguna vez eso… conseguirán ser felices… alguna vez… pero seguro que puede funcionar…

Yo lucharía y haría cualquier cosa por un segundo de felicidad compartida… esperaría toda la vida si supiera que un día ese amor vendrá.

No se debe renunciar a algo por no herir a alguien, eso no funciona y te acabará dando la vuelta, porque hay cosas que no se borran y regresan otra vez, como la marea. Puedes intentar escapar al ruido de todo, pero el verdadero ruido está en ti.

La vida en definitiva son sueños realizados (esos sueños que son la esperanza de quién está despierto, que son la sombra infinita de la verdad, esos sueños que no mueren en nosotros),  ilusiones pensadas y vividas… es lo único que nos da esa felicidad, que no nos la da la cotidianidad… da igual si los sueños tienen los pies en la tierra porque la felicidad no tiene que ser una meta, sino un estilo de vida… Porque es mejor volver a creer en aquello en lo que habías dejado de creer.

La vida ya se encarga de ponérnoslo muy difícil… así que levántate todo los días con una sonrisa…

P.D: Para ese amor si existió y si está en algún lugar.